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Karl Löwith, Roma en 1936 |
La crítica de Karl Löwith
Nicolás González Varela / Especial para Gramscimanía
“Teoría de las Ideas, presupuesto para el Marxismo y la teoría de las ideologías. ‘Visión del Mundo’ como ideología, abstracción, superestructura o de relaciones sociales de producción. ¿Superar al Marxismo? (Überwindung des Marxismus?)” - Martin Heidegger, Vom Wesen der Wahrheit. Zu Platons Höhlengleichnis und Theätet, 1931/32
Excursus sobre el debate de Heidegger político en Francia: El debate de la posguerra sobre el compromiso político de Heidegger con el Nacionalsocialismo puso en cuestión, de manera directa, el alcance y sobredeterminación del peso especifico del propio Heidegger en la ideología francesa. El impacto de la filosofía heideggeriana en Francia después de 1945 ha sido comparado con el suceso que tuvo Kant en Alemania y en Europa al publicarse su Kritik de reinen Vernunft en 1781. Tal como sucedió a fines del siglo XVIII, muchos filósofos europeos no tenían interés en la teoría de Kant e incluso algunos se opusieron a ella. Pero en su mayor parte, su filosofía (y la discusión en torno a su validez) dominó la discusión inmediata post-kantiana en la filosofía alemana por casi dos siglos. Sin comentar a Kant, ya sea pro o contra, un pensador no tenía visibilidad ni posibilidades de publicar o ser considerado en los cenáculos intelectuales. En Francia se repite la historia: algunos filósofos están interesados en la teoría de Heidegger y otros la rechazan in toto, pero por más de setenta años ha seguido ejerciendo una influencia decisiva en la discusión filosófica francesa, ascendiente que aún no da señales claras de abatimiento.[1] Como una estrella oscura que sólo deja ver su magnetismo, Heidegger se ha convertido en el pensador maestro de la filosofía francesa, la Daseinanalytik es fundamental para la filosofía francesa actual, es ella la que configura el horizonte en el que la filosofía francesa formula sus problemas y busca las soluciones, entonces Heidegger es literalmente comparable al sujeto kantiano, en su unidad trascendental de apercepción, en la transmisión de sus categorías en el debate, en la estructuración de la discusión filosófica parisina. El dominio imperial de Heidegger y su influencia en la cultura francesa es impresionante y vasto: desde filósofos de calibre (Lévinas, Derrida, Lyotard, Henry), filósofos de segunda línea (Philippe Lacoue-Labarthe, Jean-Luc Nancy, Françoise Dastur), grandes especialistas en diversos filósofos: en Aristóteles (Pierre Aubenque, Rémi Brague), en Francisco de Suárez (Jean-François Courtine), en Descartes (Jean-Luc Marion), en Hegel (Alexandre Kojève, Jean Hyppolite, Dominique Janicaud, Catherine Malabou), en Schelling (Courtine, Miklos Vetö), hasta llegar a archivistas y teóricos sociales (Foucault), feministas (Luce Irigaray), psicoanalistas (Lacan) y muchos más (Alain Badiou).[2] Decimos “imperial” porque la influencia ejercida por Heidegger no es bidireccional, ni dialéctica: es estrictamente jerárquica y autoritariamente unilateral. Es curioso este amor incondicional desde el campo filosófico francés, máxime cuando el mismo Heidegger despreciaba toda la tradición del pensamiento francés desde Descartes hasta el mismo Sartre y la posible influencia de pensadores franceses en su analítica de la existencia es cero, salvo en valencia negativa (como objeto privilegiado de crítica). Muchos especialistas incluso llegan a afirmar que la Filosofía francesa moderna puede reducirse a cuatro pensadores alemanes satélites girando obsesivamente en torno al astro maître à penser Heidegger: Hegel, Nietzsche, Freud y Husserl.