
Luis Britto García
Especial para Gramscimanía |
En lo ecológico y
territorial
Concluir un censo integral de la biodiversidad y
recursos de la región y fijar los límites para su explotación. Declarar
reservas forestales y aguas bienes del dominio público no susceptible de
privatización Ni explotación. Anular las concesiones extranjeras, expulsar
industrias predatorias y contaminantes y promover el control nacional de las empresas
que extraigan y transformen recursos naturales y desarrollen fuentes
alternativas de energía renovable. Limitar o erradicar agrocombustibles.
Excavar un segundo canal interoceánico bajo control regional, integrar en
una sola arteria fluvial los grandes ríos suramericanos, aprovechar a plenitud
el potencial hidroeléctrico, concluir la red ferrocarrilera que comunique todos
nuestros países. Adoptar políticas comunes para contrarrestar el cambio
climático y enfrentar los desastres causados por él.
En lo social
Aunar esfuerzos para acabar con la pobreza y disminuir la
desigualdad. Reforma Agraria integral y control social sobre la tierra
dirigidos a obtener la soberanía alimentaria y combatir la crisis mundial de
alimentos. Desarrollar políticas poblacionales y abrir oportunidades que eviten
a los pueblos la migración forzosa a las urbes y al exterior. Proteger formas
de producción tradicionales. Promover la desconcentración urbana mediante
centros de desarrollo alternativos y técnicas de gerencia a distancia.
Humanización de las ciudades. Reconocimiento e institucionalización de los
Movimientos Sociales.
En lo económico
Reformulación de los parámetros del Desarrollo en función de
la sustentabilidad y renovabilidad. Apertura e intensificación de las relaciones
e intercambios comerciales hacia Asia, África y el Pacífico. Revisión y
cesación colectiva de pagos de la Deuda Externa. Fortalecimiento y extensión de
alianzas comerciales internas, con exclusión de los países que tengan Tratados
de Libre Comercio con potencias foráneas, y denuncia de estos acuerdos. Nulidad
de los Infames Tratados contra la Doble Tributación, que inmunizan a las
transnacionales contra los impuestos. Sometimiento de las maquilas a las leyes
y derechos laborales locales. Iniciativas para el progresivo control social de
industrias básicas y estratégicas. Lanzamiento del SUCRE y del Banco del Sur.
En lo político
Recuperación plena de la soberanía territorial, legislativa,
judicial y administrativa disminuida por tratados y acuerdos internacionales.
Democracia social y económica participativa. Armonización entre movimientos
sociales, partidos y Estados. Prohibición de subsidios foráneos a
organizaciones políticas y de entes financiados por ellas. Informatización del
Estado para garantizar que la información esté disponible para administradores
y ciudadanos y que la mayoría de los trámites puedan ser cumplidos a distancia.
Reconocimiento del derecho del Estado a intervenir en cuestiones económicas y
sociales, proteger las industrias y regular y controlar al capital financiero.
En lo estratégico
Declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Presión colectiva para el retiro de las bases militares de Estados Unidos.
Exigencia del cese de los sobrevuelos por naves militares foráneas. Exclusión
de flotas militares extrañas a la región en nuestros mares territoriales.
Refuerzo de la seguridad informática y creación de redes regionales
independientes fundadas en el software libre. Denuncia del Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca y sustitución por pactos mutuos de no
agresión, solución pacífica de los conflictos, y respuesta colectiva a las
agresiones de potencias externas. Acceso para todas las clases a la carrera
militar. Milicias populares. Formulación de doctrinas y planes de guerra
popular de resistencia, guerra asimétrica y conflicto de baja intensidad.
Creación de industrias propias de implementos defensivos. Desmantelamiento del
narcotráfico clausurando las vías de transferencia a Estados Unidos y
Europa, los principales financistas y consumidores del planeta.
En lo cultural
Revisión y divulgación de nuestra Historia mancomunada.
Libertad y fomento de la circulación de bienes culturales entre nuestras
repúblicas. Rescate, preservación y enaltecimiento de nuestro patrimonio
cultural. Desarrollo de políticas para eliminación definitiva del
analfabetismo, gratuidad de la enseñanza en todos sus niveles, sistemas masivos
de educación a distancia y normas integrales de validación y reválida de
estudios. Rescisión de todos los acuerdos y tratados mediante los cuales
Estados Unidos y Europa ejercen influencia o control sobre los contenidos
y métodos de nuestros sistemas educativos y de investigación. Orientación de la
investigación académica y científica hacia nuestros problemas regionales.
Protección para la música, la cinematografía, la televisión producidas en la
región. Red de agencias informativas regionales. Rigurosas normas de
responsabilidad social para los medios de comunicación. Multiplicación de
emisoras libres, alternativas y de servicio público con alcance continental.
Creación de redes de Institutos de Estudios Latinoamericanos y del Caribe.
En lo Internacional
Un mecanismo de unión no opera por sí mismo los milagros que
requiere un mundo. No repitamos las experiencias de la Liga Árabe o de la Unión
Africana, que más de una vez abandonaron a sus miembros ante la agresión
imperial. Latinoamericanos y caribeños son sometidos en otros países a
discriminatorios y draconianos regímenes de visado e inmigración: deberíamos
aplicar siempre y en todo caso a los nacionales de ellos la estricta
reciprocidad. Todavía hay territorios en Nuestra América sometidos a esclavitud
colonial, como Puerto Rico y las Malvinas: debemos apoyar su
independencia y la incorporación a la CELAC. Concurren en ésta
países con orientaciones distintas, algunos abiertos hacia el futuro,
otros todavía uncidos a pactos, compromisos y dependencias con los poderes
hegemónicos que hoy entran en decadencia. Algunos de sus miembros tienen
Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos o con la Unión Europea. A través
de tales acuerdos podrían entrar en nuestras economías como caballos de
Troya. Otros tienen gobiernos surgidos directa o indirectamente de la
fuerza contrarrevolucionaria. Delicada será la tarea de concertar entre tan
distintas perspectivas. Seguramente la CELAC subsumirá la incipiente
organización de UNASUR, añadiéndole a México y Centroamérica. Entre otros
cometidos, queda planteado el de la progresiva desvinculación hacia la OEA, que
durante toda su existencia sirvió para legitimar las injerencias de Estados
Unidos y agredir, aislar o deslegitimar las experiencias progresistas. La
potencial unidad de la CELAC le asignaría un peso determinante en la
Organización de Naciones Unidas. Esta nutrida coalición de países podría
aspirar a ejercer posiciones decisivas en el Consejo de Seguridad, en el
Consejo de los Derechos Humanos, en la Organización Mundial del Comercio y en
otras secciones claves del organismo mundial. El nuevo ente tendrá sin duda una
actitud menos obsecuente hacia la Alianza Atlántica, que se hunde en el
desastre de la crisis económica, y más abierta hacia China, Rusia, India, Japón
y en general el Asia, África y las potencias emergentes. Bien podría
asumir el liderazgo de un revitalizado Movimientos de los Países no Alineados.
América Nuestra es el camino hacia Nuestro Porvenir. América Latina y el
Caribe ya no es patio trasero de nadie.