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Foto: Paul Breitner |
En la década de 1970, uno de los mejores
jugadores del mundo era seguidor de Mao Tse Tung y de la revolución china: el
alemán Paul Breitner.
El jugador, como muchos
jóvenes de Alemania y el mundo en los años 70, tomó las banderas de la
revolución cultural y del maoísmo. Breitner hizo parte de la generación de mayo
del '68, seguidor de Ho Chi Minh, lector del Libro Rojo y admirador del Che
Guevara.
Llegó a ser jugador
profesional en 1970 como lateral izquierdo. Con apenas 22 años, y luciendo el
famoso “afro”, fue campeón mundial con la selección de la República Federal de
Alemania. Fue una de las figuras del Mundial de 1974, y autor del gol de la
final ante Holanda, la sorprendente "naranja mecánica". Pese a esto,
no tuvo nunca una buena relación con la selección nacional: llegó a renunciar
tres veces a ella. Breitner pasó a jugar en
el medio campo y fue fichado por el Real Madrid. Su llegada al club merengue
fue equivalente a la de un marciano. ¡Un maoísta en el club de Franco!
Encontrándose allí, dio muestra de su rebeldía al donar medio millón de pesetas
como donativo a obreros metalúrgicos de la fábrica Standard que se encontraban
en huelga. Con el equipo merengue logró dos ligas y una Copa del Rey.
Se dice que los dirigentes
del Real Madrid lo consideraron “jugador conflictivo” y cancelaron su contrato.
En 1978 regresó a su club de origen: el Bayern de Munich. Con su selección jugó en
48 ocasiones y anotó 11 goles. Fue campeón del Mundial de 1974, jugado en su
país; subcampeón de España '82; y campeón de la Eurocopa de 1972. A nivel de
clubes fue campeón de la copa europea de clubes con el Bayer en 1974. Con este
equipo logró también varios títulos nacionales.
Por su excelente
rendimiento futbolístico y su potencia fue calificado como uno de los mejores
centrocampistas de la historia. Se dijo de él que era un futbolista “capaz de
pensar y poner en práctica con las piernas lo que concebía con la cabeza”. Todo
en 13 intensos años de carrera como jugador profesional. Breitner se retiró en
1983 por una lesión. Un año antes, el Partido Comunista Chino había abandonado
oficialmente el maoísmo.
El futbolista se volvió
un ícono de la década de los 70. Siguió vinculado al Bayern de Munich y
eventualmente hace de comentarista de televisión y prensa escrita.