
Alex Callinicos
Un par de semanas atrás,
el economista Paul Krugman dijo que estaba "a la vez aterrado y
aburrido" por la crisis de la eurozona. Yo sé lo que quiere decir. Por un
lado, un estudio realizado por el banco suizo UBS estima que si la zona euro se
derrumbase, una economía fuerte como Alemania perdería entre un quinto y un
cuarto de su producción en el primer año. Por otro lado, la Unión Europea (UE)
se está moviendo milímetro a milímetro hacia la respuesta a gran escala de la
crisis que exigen los mercados financieros, el Fondo Monetario Internacional
(FMI) y los EE.UU.
La semana pasada se
suponía que habría un milimétrico paso hacia delante cuando el parlamento
alemán aprobó el último "rescate" de Grecia. Esto fue considerado
como un triunfo de Angela Merkel, la canciller alemana. De hecho, parecía
seguro que este paquete sería aprovado, ya que fue aprobado por todos los
principales partidos, a excepción de Die Linke desde la izquierda. Toda la
historia fue para asegurarse de que Merkel ganara el apoyo de la mayoría de los
diputados que pertenecen a su coalición gobernante conservadora-liberal.
Pero, más importante aún,
el paquete era obsoleto ya en el mismo momento de ser aprobado. Contiene dos
disposiciones importantes. La primera, para reforzar el Fondo Europeo de
Estabilidad Financiera (FEEF), que fue creado por la zona euro cuando hubo el
primer “rescate” de Grecia en mayo del año pasado. La segunda –con especial
insistencia por parte de Alemania– es que los acreedores de Grecia deben
aceptar una reducción en el valor de sus préstamos, aunque existe una gran
controversia acerca de cuánto supondría este "recorte" en realidad.
Pero la crisis ha
empeorado mucho desde que este paquete se acordó en julio. Todo el mundo piensa
que Grecia no podrá pagar sus deudas. El gobierno griego ha anunciado que no
cumplirá con el objetivo de reducir su déficit presupuestario impuesto por la
"troika" del Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI.
Contracción
La razón principal de
esto es que en la economía griega se proyecta una contracción del 5,5 por
ciento este año y un 2 por ciento el próximo año. La contracción de la economía
significa que el Estado recibe menos de los ingresos tributarios y tiene que
pagar más para apoyar a los desempleados.
Impasible ante el fracaso
de su política y el sufrimiento del pueblo griego, la "troika" está
tratando de forzar aún más recortes del condenado gobierno de George
Papandreou. Sin embargo, Grecia quebrará. Durante el verano los mercados
comenzaron a centrarse en otros estados de la zona euro, como Italia y el
Estado español. La propagación del contagio financiero amenaza a los bancos
europeos, los prestamistas más importantes de estos países. Estos bancos ya
están en serios problemas debido a malos préstamos que hicieron durante la
burbuja crediticia de mediados de los años 2000. El FMI estima que la crisis de
la eurozona ha añadido unos 200 millones de euros a sus pérdidas.
En las reuniones del FMI
y el Banco Mundial en Washington DC hace dos semanas se debatieron cambios en
el paquete acordado en julio, según los cuales los acreedores de Grecia
perderían la mitad del valor de sus préstamos. Esto haría que la crisis
bancaria fuera a peor, de modo que el FEEF también se ampliaría de 440 millones
de euros a unos dos mil millones de euros. Su tamaño original fue criticado
desde el principio como demasiado pequeño si la crisis de la deuda se
extendiese a las grandes economías como el Estado español e Italia, como lo ha
hecho ahora. Un FEEF más grande y más fuerte podría ser utilizado para
proporcionar a los bancos el nuevo capital que necesitan para sobrevivir.
Pero hay dos problemas
con esta solución. El primero es cómo ampliar realmente la financiación del
FEEF. Dos mil millones de euros es mucho dinero, incluso para los estándares de
los rescates bancarios. Garantizar el fondo podría reducir las calificaciones
de crédito, incluso de un Estado tan poderoso como Francia. También hay
barreras en la legislación de la UE. Así que hay propuestas para financiar el
FEEF por el tipo de ingeniería financiera que condujo a la caída en 2008. Pero,
en segundo lugar, el gobierno alemán se opone en todo caso a la ampliación del
tamaño del FEEF, ya que debilitaría la línea de austeridad.
La realidad es que la
eurozona se encuentra paralizada en vista de lo que se está convirtiendo en una
crisis existencial. Se espera mucho más tedio y temor.
Alex Callinicos es profesor de teoría social en el
King's College de Londres, y autor de libros como “Los nuevos mandarines del
poder americano” o “Un manifiesto anticapitalista” y miembro destacado del
Socialist Workers Party, organización hermana de En lucha en Gran Bretaña.
Traducción al castellano por Isaac Salinas
Fuente: http://www.enlucha.org/site/?q=node/16468
Traducción al castellano por Isaac Salinas
Fuente: http://www.enlucha.org/site/?q=node/16468