
Desde que comenzó su
mandato, el presidente Felipe Calderón Hinojosa ordenó una batalla sin tregua
contra el crimen organizado, con especial énfasis en terminar con el dominio
territorial y poder de corrupción de los cárteles de la droga y de sus capos. Por
primera vez en la historia reciente del país, las fuerzas militares tomaron las
calles de ciudades y pueblos, bajo el argumento de que las policías estatales y
locales no han hecho su trabajo. Pero el desorden en la estrategia ha sido tal
que la violencia es incontrolable y los militares están ahora involucrados en
asesinatos, violaciones y toda clase de abusos a los derechos humanos. El
propio Calderón será demandado por un grupo de civiles frente a la Corte Penal
Internacional de La Haya por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Pero el
general en jefe insiste en su estrategia, es necio. Algo que Sun Tzu, advirtió
hace 25 siglos, no hace sino presagiar la derrota: “Si el general es impaciente y manda a sus hombres a trepar por los
muros, morirá un tercio de ellos sin tomar la ciudad. Esto es lo que hay que
pagar por tal imprudencia”, dice: “La
guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento
político, una continuación de la actividad política, una realización de la
misma por otros medios”: Carl Von Clausewitz, en su libro De la guerra.
Sobra hablar de Sun Tzu.
Su breve escrito El Arte de la Guerra ha sido la base de muchos tratados e
ideas políticas desde que se escribió, hasta la modernidad. Fue un tratado
influyente que inspiró a personajes como Maquiavelo, Napoleón, Mao Tse Tung y
ahora, a 25 siglos de distancia, se lee fresco y actual. El Arte de la Guerra
es el único libro que se le atribuye a este autor y lo escribió dentro de una
estructura social belicista, llamada Periodo de los Reinos Combatientes en
China. También conocido como el libro de Los Trece Capítulos o El arte militar
de Sun Wu, El Arte de la Guerra se ha traducido a decenas de idiomas y
publicado en miles de ediciones. Es un libro corto, de seis mil caracteres (20
mil en chino moderno). Este libro se utiliza en la enseñanza de las academias
militares alrededor del mundo y se asume que los marines de Estados Unidos
llevan siempre una copia consigo.
La guerra ha estado
presente, relacionada y determinante, en todas las grandes transformaciones de
la historia. Podríamos asegurar que es una institución social, que no se aplica
tan solo en ejércitos, sino también en guerras individuales o empresariales. A
pesar de sus nefastas aplicaciones, los seres humanos se siguen empeñando en
librarla y desarrollarla. Se puede denominar como un acto de fuerza para
imponer nuestra voluntad al adversario.
En las democracias
modernas, el Estado tiene el legítimo uso de la fuerza pública. En México, una
democracia republicana, el presidente constitucional de los Estados Unidos
Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, ha librado una batalla sin tregua contra
el crimen organizado, con especial énfasis en terminar con el dominio
territorial y poder de corrupción de los cárteles de la droga y de sus capos.
Veamos si Calderón Hinojosa leyó el libro de Sun Tzu, o si su aplicación de la
guerra es correcta, según los cánones teóricos de los maestros literarios de la
historia bélica. Por qué El Arte de la Guerra ha pasado con creces la prueba del
tiempo y las ideas que contiene siguen siendo vigentes.
La influencia de las
ideas de Sun Tzu han sido copiadas literalmente por muchos, puesto que es una
reflexión filosófica acerca de los mecanismos de dominación y control, de la
consecución, y mantenimiento del poder por medio de la fuerza, y de su método
más violento: la guerra. Seguramente, si Sun Tzu viviera y analizara la
estrategia de seguridad contra el crimen organizado implementado por Felipe
Calderón, le aconsejaría que ha llegado el momento de la retirada. Revisemos.
Sun Tzu dice: La guerra es tema vital para el Estado, es la
frontera entre la vida y la muerte, la diferencia entre la supervivencia y la
aniquilación. Se debe estudiar a fondo.
Felipe Calderón hace: “Las armas traen problemas, hay que darle su
lugar a la guerra y reflexionar antes de lanzarse a ella”, dice Sun Tzu. En un
contexto político y social, donde se pretenden recabar 20 mil firmas de
respaldo a la acusación del régimen de Felipe Calderón Hinojosa ante la Corte
Penal Internacional (CPI), por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad,
esta cita es muy vigente. El gobierno de Felipe Calderón está marcado, a 14
meses de que finalice el sexenio, por la ilegitimidad e identificado con el
autoritarismo, que se traducen en más de 50 mil muertos, 230 mil desplazados,
10 mil desaparecidos y mil 300 jóvenes y niños asesinados, junto a la constante
violación a los derechos humanos de la población civil, en particular las
mujeres, los migrantes, víctimas cotidianas de la burocracia y del crimen
organizado, según datos que ha recabado el periodista Roberto Rodríguez Baños.
Sun Tzu dice: La victoria completa se produce cuando el ejército no
lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho
tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia.
Así pues, la regla de la utilización de la fuerza es la siguiente: si tus
fuerzas son diez veces superiores a las del adversario, rodéalo; si son cinco
veces superiores, atácalo; si son dos veces superiores, divídelo. Si tus
fuerzas son iguales en número, lucha si te es posible. Si tus fuerzas son
inferiores, mantente continuamente en guardia, pues el más pequeño fallo te
acarrearía las peores consecuencias.
Trata de mantenerte al
abrigo y evita en lo posible un enfrentamiento abierto con él; la prudencia y
la firmeza de un pequeño número de personas pueden llegar a cansar y a dominar
incluso a numerosos ejércitos. Este consejo se aplica en los casos en que todos
los factores son equivalentes. Si tus fuerzas están en orden mientras que las
suyas están inmersas en el caos, si tú y tus fuerzas están con ánimo y ellos
desmoralizados, entonces, aunque sean más numerosos, puedes entrar en batalla.
Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las de
tu adversario, entonces debes retirarte y buscar una salida. En consecuencia,
si el bando más pequeño es obstinado, cae prisionero del bando más grande. Esto
quiere decir que si un pequeño ejército no hace una valoración adecuada de su
poder y se atreve a enemistarse con una gran potencia, por mucho que su defensa
sea firme, inevitablemente se convertirá en conquistado. Si no puedes ser
fuerte, pero tampoco sabes ser débil, serás derrotado. Los generales son
servidores del Pueblo. Cuando su servicio es completo, el Pueblo es fuerte.
Cuando su servicio es defectuoso, el Pueblo es débil. Así pues, existen tres
maneras en las que un Príncipe lleve al ejército al desastre.
Cuando un Príncipe,
ignorando los hechos, ordena avanzar a sus ejércitos o retirarse cuando no
deben hacerlo; a esto se le llama inmovilizar al ejército. Cuando un Príncipe
ignora los asuntos militares, pero comparte en pie de igualdad el mando del
ejército, los soldados acaban confusos. Cuando el Príncipe ignora cómo llevar a
cabo las maniobras militares, pero comparte por igual su dirección, los
soldados están vacilantes. Una vez que los ejércitos están confusos y
vacilantes, empiezan los problemas procedentes de los adversarios. A esto se le
llama perder la victoria por trastornar el aspecto militar. Si intentas
utilizar los métodos de un gobierno civil para dirigir una operación militar,
la operación será confusa. Triunfan aquellos que: Saben cuándo luchar y cuándo
no.
Felipe Calderón hace: El tenor de la guerra contra el narco de
Felipe Calderón ha sido la impaciencia. “Si
el general es impaciente y manda a sus hombres a trepar por los muros, morirá
un tercio de ellos sin tomar la ciudad. Esto es lo que hay que pagar por tal
imprudencia”, afirma Sun Tzu. “No me
importa lo que dicen en las encuestas… México debe ser limpiado, y es a mí a
quien le toca hacerlo”, le dijo Calderón al diario estadounidense The New
York Times en una entrevista. Pero, la incapacidad para controlar la violencia,
con decenas de muertos cada día, dice lo contrario, cientos de reclamos
ciudadanos de todos los niveles, y aún así el Presidente no se disculpa y
continúa defendiendo su estrategia. Ni siquiera ha evaluado la posibilidad de
retirarse temporalmente del combate. Se sabe que hay zonas donde el Estado
mexicano ha perdido el control territorial; “el
general es el protector del Estado. Si protege todo, el Estado será fuerte; si
falla, el Estado será débil”, dice Sun Tzu.
Obviamente, tal como lo
señaló el propio Calderón en su reciente reunión con Javier Sicilia en el
Castillo de Chapultepec, el gobernante no lo sabe todo. Por eso mismo tiene
líderes civiles y militares que lo representan, como es el caso de los
Secretarios de Marina, de la Defensa Nacional o el de Seguridad Pública, por
eso mismo Sun Tzu habla de “que el
soberano que tenga un comandante calificado prosperará, el que no lo tenga,
será aniquilado”. En el caso de Genaro García Luna, antes procurador
General de la República, y actual secretario de Seguridad Pública Federal,
principal impulsor del mando único policial, del proyecto de Ley de Seguridad
Nacional, así como de desaparecidas corporaciones policiacas, es un personaje
severamente señalado y criticado por la oposición política y por organismos no
gubernamentales. Personajes ciudadanos, como Javier Sicilia, han pedido su
renuncia por no rendir cuentas ni resultados.
Sun Tzu dice: Una vez comenzada la batalla, aunque estés ganando,
de continuar por mucho tiempo, desanimará a tus tropas y embotará tu espada. Si
estás sitiando una ciudad, agotarás tus fuerzas. Si mantienes a tu ejército
durante mucho tiempo en campaña, tus suministros se agotarán. Las armas son
instrumentos de mala suerte; emplearlas por mucho tiempo producirá calamidades.
Como se ha dicho: “Los que a hierro
matan, a hierro mueren”. Cuando tus tropas están desanimadas, tu espada
embotada, agotadas tus fuerzas y tus suministros son escasos, hasta los tuyos
se aprovecharán de tu debilidad para sublevarse. Entonces, aunque tengas
consejeros sabios, al final no podrás hacer que las cosas salgan bien. Por esta
causa, he oído hablar de operaciones militares que han sido torpes y
repentinas, pero nunca he visto a ningún experto en el arte de la guerra que
mantuviese la campaña por mucho tiempo. Nunca es beneficioso para un país dejar
que una operación militar se prolongue por mucho tiempo. Como se dice
comúnmente, sé rápido como el trueno que retumba antes de que hayas podido
taparte los oídos, veloz como el relámpago que relumbra antes de haber podido
pestañear.”
Felipe Calderón hace: El presidente Calderón no tiene ninguna
intención de acabar su batalla contra el crimen organizado; es más, ni sus
posibles sucesores de su partido político, los aspirantes presidenciales panistas
lo harán, tal como lo manifestó quién va arriba de las encuestas, la diputada
federal con licencia, Josefina Vázquez Mota: “El Presidente ha sido muy contundente en su decisión de enfrentar al
crimen organizado y lo que advierte el Presidente es una llamada a todos los
mexicanos”, dijo recientemente. Antes, había declarado darle continuidad a
la actual estrategia de seguridad nacional. La guerra de Calderón es sumamente
larga, cinco años de lucha contra un enemigo que no cesa en la violencia.
En un análisis del
investigador Rafael Robles Scott, titulado “Hipótesis
de la Curva: Las etapas de la Violencia en México 2006-2010”, asegura que “el episodio de nuestro tiempo será
largamente recordado, como los años donde los mexicanos vivieron una especie de
guerra irregular sin poderse referir a una guerrilla, donde se vivía una
especie de estado de excepción, sin que hubiese una declaración formal, donde
existe una especie de terrorismo, sin que haya ajuste al concepto”. En el mismo
análisis nos dice que nos encontramos en la cuarta etapa de su hipótesis, que
es el “terrorismo atípico”, donde las ejecuciones “dejan de tener la precisión
quirúrgica del pasado”.
¿Por qué “terrorismo
atípico”? Porque por un lado, las “víctimas” de los atentados son al mismo tiempo
personas presuntamente vinculadas con el crimen organizado y personas
inocentes; los ataques no tienen claramente (o por lo menos en todos y cada uno
de ellos) delimitada la reivindicación que persiguen con la violencia, que en
todo caso, no es dirigida a amedrentar la acción estatal, pero la exactitud que
caracterizaba a la violencia del crimen organizado se ha diluido en la sociedad
mexicana, perdiendo cualquier tipo de cuidado respecto al daño colateral que
provoca el ajuste de cuentas. Esta etapa, dice Robles Scott, es la cresta de la
curva, en donde la población civil, absolutamente inocente de toda actividad
ilícita como blanco de presiones para el poder público.
Una vez que la violencia
en sus formas anteriores ha sido incapaz de saciar las aspiraciones criminales,
se ataca al único valor que no se había agredido durante décadas de existencia
del narcotráfico en México: la población, dejando atrás el mito del respeto que
pudo tener el delincuente de la gente, olvidándose de un interés de gozar de la
simpatía de la población. De llegar esta etapa, se corre el riesgo de que el
delito mute y se comience a manejar un discurso político, tal y como lo hacen
otros movimientos en el mundo, como ETA, Sendero Luminoso o la insurgencia
iraquí y afgana, como ejemplos más recientes.
Sun Tzu dice: “Hay cinco
factores fundamentales. El primer factor es la influencia moral… el cuarto, el
mando; el quinto, la disciplina.”
Felipe Calderón hace: En México, el Ejército ha llegado al extremo
de asesinar y torturar a civiles completamente ajenos al conflicto, en retenes
militares y durante sus operativos. Se ha intentado encubrir estos hechos para
garantizar impunidad a los responsables. En general, las fuerzas armadas han
dejado impune la violación sexual de mujeres indígenas cometida por soldados
durante sus operativos. Cuando Felipe Calderón convocó a sus tropas fue para
castigar culpables. El pueblo en su momento dio la confianza a su Presidente,
él es el general en jefe del Ejército, por tanto el responsable de la ley y el
mando.
Sun Tzu dice: “La doctrina
significa aquello que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante, de
modo que le siga donde sea, sin temer por sus vidas ni a correr cualquier
peligro.”
Felipe Calderón hace: La influencia moral del presidente Felipe
Calderón es lo que debería hacer que sus gobernados lo apoyaran en la vida y la
muerte, sin dudar en poner su vida en peligro. Sin embargo, hay movimientos
públicos sociales que se oponen a la “guerra” de Calderón, entre ellos el
Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por el poeta Javier
Sicilia, quien perdió un hijo por asesinato del crimen organizado. O el
movimiento “Ya Basta de Sangre”, primero encabezado por caricaturistas
mexicanos y ahora promovido por dirigentes sociales que desean llevar a juicio
a Felipe Calderón ante la Corte Penal Internacional. Como no se le trata al
pueblo con bondad, justicia e igualdad, éste no puede depositar su confianza en
el gobernante, no hay alegría por superar las dificultades, el pueblo no olvida
el riesgo de la muerte. Por ejemplo, en los resultados de la Segunda Encuesta
Nacional de Cultura Constitucional 2011, elaborada por el área de opinión
pública del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la sociedad
mexicana es pesimista ante su presente y su futuro. Según la encuesta, en 2011
un 45.1% de los entrevistados piensan que la situación es peor que la del año
anterior. En este año, la sociedad percibe la situación como preocupante 45% y
peligrosa 24 por ciento. En la misma línea, la mayoría de los encuestados
considera que la situación del país en 2012 va a empeorar (39.3%).
Más de la mitad de los
mexicanos tienen la percepción de que el crimen organizado le va ganando la
guerra al gobierno del presidente Felipe Calderón, de acuerdo con una encuesta
realizada por la empresa Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE). Según se
desprende de las 600 entrevistas realizadas como muestra, 58.5% de los
encuestados opinó que el crimen organizado lleva la delantera, por 21.2% que
considera que las autoridades van ganando la guerra. Sobre la estrategia
empleada para combatir a los narcotraficantes, 47% considera que es inadecuada
y 38.5% piensa lo contrario. Además, 89% de los encuestados opinó que la
violencia en el país despuntó desde que el gobierno de Calderón declaró la
guerra al narcotráfico. El 79% aseguró también que las capturas de líderes del
narco no acaban con las organizaciones porque éstas se dividen y forman nuevas
bandas.
Conforme a la última
Encuesta Nacional sobre la Percepción de Seguridad Ciudadana en México,
realizada por Consulta Mitofsky de manera conjunta con México Unido contra la
Delincuencia (MUCD), 82% de los encuestados refiere que la seguridad pública
está peor ahora que hace dos años. Por ejemplo, uno de cada seis mexicanos
conoció a alguien que murió en la lucha contra el crimen organizado, mientras
que en el norte del país la cifra es uno de cada cuatro; 54% de los encuestados
afirma que es sencillo hacerse de un arma de fuego.
Sun Tzu dice: “El mando ha de
tener como cualidades: sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y
disciplina. Por último, la disciplina ha de ser comprendida como la
organización del ejército, las graduaciones y rangos entre los oficiales, la
regulación de las rutas de suministros, y la provisión de material militar al
ejército. Estos cinco factores fundamentales han de ser conocidos por cada
general. Aquel que los domina, vence; aquel que no, sale derrotado.”
Felipe Calderón hace: El mismo presidente Calderón ha reconocido
que hace falta coordinación entre el gobierno federal y los gobiernos
estatales. Recientemente afirmó que los militares dejarán las calles cuando la
policía sea eficaz y fiable. De nuevo frente al presidente Calderón, en nombre
del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, el poeta Javier Sicilia
endureció su postura el 14 de octubre pasado, en el segundo encuentro que
sostuvo con el gobierno federal. Advirtió sobre “la atmósfera de violencia y horror que está contaminando palabras y discursos.
Hay una amenaza mayor que detectamos con reprobación los ciudadanos, la del
autoritarismo y su rostro más brutal, el fascismo”, por lo que le exigió
definiciones sobre el rumbo del país antes de que la “tentación fascista”
frente a la criminalidad pueda arrasar con la “civilidad”. En el alcázar del
Castillo de Chapultepec, ante medio gabinete federal, Sicilia sugirió dudas
sobre “si quieren en verdad tomar el camino de la paz” y lo responsabilizó de
que “sus decisiones, además de generar más violencia y terror, están provocando
el surgimiento de grupos paramilitares que, en esta atmósfera enrarecida y
atroz, se sienten autorizados para ejercer, asesinando impunemente a más
mexicanos, lo que estúpidamente llaman justicia”. Repudió el tono del discurso
presidencial: “Nos preocupa sobremanera
que después que hablamos usted haya afirmado que, cito textual, ‘esa plaga que
es el crimen y la delincuencia, es una plaga que hemos decidido exterminar en
nuestro país, tómese el tiempo que se tome y los recursos que se necesiten’”.
Ante lo dicho, el
Presidente respondió que el Estado mexicano no es autoritario ni asesina o
desaparece como las dictaduras militares, por lo que rechazó la creación de una
Comisión de la Verdad. Después negó que la violencia se resuelva con más
violencia, pero dijo que tampoco se arregla sin imponer la fuerza del Estado.
Aseguró que no es cierto que su gobierno esté mancillando la Constitución, y
leyó el artículo 89 que señala que el Estado debe preservar la seguridad
nacional y para ello disponer de la fuerza armada. Y planteó que la mayor
amenaza a la seguridad interior es el crimen organizado. A Sicilia le comentó
que el mapa de ruta de salida del Ejército depende de que exista una policía
fuerte y confiable en una entidad.
Sun Tzu dice: “El arte de la
guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de
aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si
está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar
que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo.”
Felipe Calderón hace: FCH otorga entrevistas a medios extranjeros,
como ejemplo la The New York Times, donde dice que el Ejército ha estado muy
cerca del narcotraficante Joaquín, “El Chapo”, Guzmán. Le pregunta The New York
Times: “¿El PRI, en caso de volver al
poder, puede caer en una relación corrupta con el crimen organizado?” A lo
que Felipe Calderón responde: “Depende
quién. Hay muchos en el PRI que están de acuerdo con mi política, al menos eso
es lo que dicen en privado, aunque en público puedan decir otra cosa. Hay
muchos en el PRI que piensan que los tratos del pasado funcionarían hoy. No veo
qué trato pueda hacerse, pero es la mentalidad que tienen muchos de ellos. Si
esta opinión prevaleciera, me preocuparía”.
Y es que los analistas
dicen que así no pueden lograr consensos para legitimar su estrategia militar,
como lo dice Eric Olson, asociado senior en el Centro Internacional Woodrow
Wilson: “Parece haber un consenso
creciente de que es necesario que haya una estrategia más refinada, una
estrategia más focalizada, una estrategia más matizada. Es que nadie puede
adivinar lo que será”. O lo dicho por el representante Michael McCaul,
republicano de Texas en el Comité de Seguridad de la Patria: “Lo admiro por
tomarlos de frente, lo cual es muy peligroso. Él es el primer Presidente en
enfrentar el problema y hacer algo al respecto. Sin embargo, ¿ha tenido el 100%
de éxito? No, en absoluto. Parece que no cesa de empeorar”.
Ante estas declaraciones,
el PRI respondió en un comunicado donde calificó de “infundadas y engañosas”
las declaraciones presidenciales, por considerar que “atentan contra el principio de imparcialidad al que como servidor
público lo obliga la Constitución General de la República, y constituyen una
intromisión en el proceso electoral federal que inició el pasado 7 de octubre,
frente a lo cual en breve el PRI procederá ante las instancias legales
correspondientes. Cabe recordar que, lamentablemente, en el pasado el Presidente
de la República ya ha violado la Constitución en materia electoral, según lo
determinó el Tribunal Electoral de la Federación”.
Sun Tzu dice: “El arte de la
guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de
aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si
está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos,
aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo. Golpear al
enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en
todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Si tu oponente
tiene un temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de
fomentar su egoísmo. Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una
reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión
entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no
te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.
Ahora, si las estimaciones realizadas antes de la batalla indican
victoria, es porque los cálculos cuidadosamente realizados muestran que tus
condiciones son más favorables que las condiciones del enemigo; si indican
derrota, es porque muestran que las condiciones favorables para la batalla son
menores. Con una evaluación cuidadosa, uno puede vencer; sin ella, no puede.
Muchas menos oportunidades de victoria tendrán aquel que no realiza cálculos en
absoluto.”
Felipe Calderón hace: Dice el especialista en seguridad nacional,
Luis Esteban Islas Bacilio, que las estrategias implementadas por el presidente
Calderón en Ciudad Juárez, en la ciudad de Chihuahua, Aguascalientes, Cancún,
Chiapas, Campeche, Tabasco, Culiacán-Navolato, La Laguna, Michoacán, Monterrey,
San Luis Potosí, Tamaulipas, Tijuana y, más recientemente, en Veracruz y
Guerrero, consisten básicamente en la instalación tácita del “mando único” por
parte de las fuerzas federales, en aquellas ciudades o estados donde las
fuerzas locales de seguridad han sido incapaces de frenar la ola de violencia
provocada, en la mayoría de los casos, por grupos antagónicos del crimen
organizado que se disputan el control de dichas plazas.
“Ahí donde los Gobernadores no hicieron su tarea; en aquellos estados y
ciudades donde los cuerpos de seguridad están marcados por la corrupción, la
incapacidad y la impunidad rampante, en donde la violenta realidad golpea sin
distinción de estrato, credo o color partidista; es donde la visión de un
modelo de seguridad centralista ha avanzado como solución temporal ante un
grave problema de inseguridad multidimensional y complejo”. Insiste Islas
Bacilio que, en los hechos, “estamos frente a la instauración de un modelo de
reacción y no de prevención. De lo que hablamos es de un modelo de seguridad
que nace desde el centro y desde arriba, y no de un modelo de seguridad
integral que debiera nacer desde la célula misma del territorio o localidad; un
modelo que debiera apostar por la construcción de seguridad desde los
municipios mismos y no esperar por la Federación en una suerte de ‘salvador’
inmaculado”. Que el problema radica sobre el modelo de seguridad centralista, a
la negativa de los gobiernos locales por asumir la responsabilidad sobre la
seguridad de sus ciudadanos y sobre sus territorios.
“La mayoría de los Estados esperan a que les detone la bomba de
violencia en las manos; ya sea por corrupción, ineficiencia o cálculos
electorales, antes que impulsar una eficiente coordinación institucional entre
los distintos niveles de gobierno que garantice la implementación de muchas de
las acciones que contempla el Modelo de Seguridad Subsidiaria”, dice el
especialista. México vive un proceso de construcción institucional en materia
de seguridad pública y muchas de las capacidades operativas, técnicas y de
reacción de los cuerpos de seguridad se encuentran en desarrollo, sin embargo,
lo que toda política pública debe evitar es la improvisación. Y justo en
materia de seguridad, por diferentes responsabilidades en distintos niveles,
nos hemos estado conformando con parches institucionales que no garantizan la
construcción institucional en ningún sentido. “Un gran ex jefe y experto en la materia describía este proceso como la
‘operación cobija institucional’ que –según él– consiste en cubrir la mayor
parte de emergencias de violencia y criminalidad en los estados sólo con las
capacidades corrientes del gobierno federal, lo que garantizaba por sí mismo
cierto efecto de contención en el corto plazo. Sin embargo, al no incentivar la
construcción de capacidades en los cuerpos de seguridad locales, llegaría un
momento en que la ‘cobija institucional’ del gobierno federal ya no sería
suficiente”, finaliza Luis Esteban Islas, ex director de Operación y
Estrategia del Consejo de Seguridad Nacional.
Sun Tzu dice: “Como regla
general, es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo. Capturar a sus
soldados para conquistarlos y dominas a sus jefes. Un General decía: “Practica
las artes marciales, calcula la fuerza de tus adversarios, haz que pierdan su
ánimo y dirección, de manera que aunque el ejército enemigo esté intacto sea
inservible: esto es ganar sin violencia. Si destruyes al ejército enemigo y
matas a sus generales, asaltas sus defensas disparando, reúnes a una
muchedumbre y usurpas un territorio, todo esto es ganar por la fuerza”. Por
esto, los que ganan todas las batallas no son realmente profesionales; los que
consiguen que se rindan impotentes los ejércitos ajenos sin luchar son los
mejores maestros de El Arte de la Guerra. Los guerreros superiores atacan
mientras los enemigos están proyectando sus planes. Luego deshacen sus
alianzas.
Por eso, un gran emperador decía: “El que lucha por la victoria frente
a espadas desnudas no es un buen general”. La peor táctica es atacar a una
ciudad. Asediar, acorralar a una ciudad sólo se lleva a cabo como último
recurso. Emplea no menos de tres meses en preparar tus artefactos y otros tres
para coordinar los recursos para tu asedio. Nunca se debe atacar por cólera y
con prisas. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación
del plan. Por lo tanto, un verdadero maestro de las artes marciales vence a
otras fuerzas enemigas sin batalla, conquista otras ciudades sin asediarlas y
destruye a otros ejércitos sin emplear mucho tiempo. Un maestro experto en las
artes marciales deshace los planes de los enemigos, estropea sus relaciones y
alianzas, le corta los suministros o bloquea su camino, venciendo mediante
estas tácticas sin necesidad de luchar.”
Felipe Calderón hace: El gobierno federal que encabeza Felipe
Calderón ha logrado la captura de decenas de capos de segundo y tercer rango dentro
de las estructuras y jerarquía de los grupos del crimen organizado, sin que
esto hay afectado la operación de las bandas criminales, según lo exponen
diversos analistas. Ciudades como Ciudad Juárez, Acapulco, Nuevo Laredo,
Monterrey y Saltillo están sitiadas por las autoridades, pero también por los
criminales. No se han podido romper las alianzas de dichos grupos, porque estas
ya estaban rotas de antemano, como fue el caso de Los Zetas y del Cartel del
Pacífico. O de La Familia Michoacana y de Los Caballeros Templarios. Los
suministros de las armas no cesan, inclusive auspiciados por errores de
estrategia e intromisiones extranjeras, como fue el caso fallido de “Rápido y
Furioso”, que introdujo miles de armas de grueso calibre a territorio mexicano.
Hay zonas en algunos estados que son prácticamente controladas por el
narcotráfico; ejemplo de ello es la de Tierra Caliente en Guerrero, en donde
ninguna autoridad es capaz de entrar o salir sin la anuencia de los criminales.