
Camila Valdés León
Suele ser usual que, al
enfrentarse el lector a un escrito teórico, su concentración se dirija hacia el
análisis de la textualidad, las relaciones internas de las ideas, los
postulados principales. Mucho de temor tiene ese atrincherarse en lo textual y
no mirar demasiado hacia las redes dentro de las cuales todo escrito está
inmerso.
Hay que reconocer que no
es tarea para nada sencilla estar pendiente de los vasos comunicantes múltiples
que unen al autor con sus palabras, a estas con las dichas antes, durante y
posterior a ellas; y a las siempre cambiantes concretizaciones que en el acto
de lectura se realizan. Vista de esta manera, la
estructura textual se nos presentaría entonces como un cuerpo vivo que se comba
y se ramifica, y que no debe nunca reducirse a la simple lectura de sus
conexiones internas, puesto que es parte conformante de un río mayor: el de las
palabras y el de los hombres anclados, de manera irremediable, a ellas y a sus
procesos históricos reales.
Esta serie de artículos
son un intento por entender la trayectoria de acción y de pensamiento de un
autor caribeño de influencia grande sobre el pensamiento tanto latinoamericano
como africano y europeo: Frantz Fanon. Al igual que otros, como C.L.R. James o
Aimé Césaire, sus escritos forman una unidad con su praxis. Su labor teórica no
es, pues, solo propuestas en papel y tinta; sino necesidad sanguínea de
preguntarse a sí y a los otros por aquello que le conforma vital y dolorosamente.
La condición de colonialidad de los pueblos otrora
sujetos a metrópolis europeas no es elucubración de laboratorio sino realidad
que ha precisado de ser pensada y en correspondencia ha conducido a la acción.
La teoría pensada y actuada es la marca de autores como Fanon, en quien la toma
de conciencia crítica lo arrastró de la profesión de psiquiatra a la entrega
del hombre revolucionario.
Frantz Fanon, nacido en
la isla de Martinica el 20 de julio de 1925, murió de leucemia en Túnez el 6 de
diciembre de 1961. Formado como psiquiatra, fue enviado en 1953 por el gobierno
francés a la colonia de Argelia para fungir como director de una institución
mental en Blida- Jonville. Sin embargo, desde su llegada se afilió al Frente de
Liberación Nacional argelino, motivo por el cual fue expulsado del país. No se
retiró de África, sino que, comprometido con las luchas de liberación argelina
se refugió en la vecina Túnez, para desde allí trabajar como miembro de los
servicios de prensa del recién comenzado El Moudjahid, boletín oficial del FLN.
Hasta el momento de su
muerte, con solo 36 años, ya había publicado dos libros, terminado uno y
escrito lo suficiente como para compilar un cuarto: Peau noire, masques blancs
(1952) y L'an V de la révolution algériènne (1959, reeditado bajo el título
Sociologie d’une révolution en 1966), Les damnés de la terre (1961) y Pour la
révolution africaine (1964). Es en la línea marcada por estos trabajos donde se
aprecia la radicalización de su pensamiento, o, mejor, la universalización de
sus primeras ideas.
En Peau noire, masques
blancs, la preocupación yace en explorar las distintas formas de
“blanqueamiento” de la subjetividad del negro caribeño, una vez que se parte de
comprender que las patologías psíquicas en las sociedades colonizadas no se
deben a una “incapacidad natural” frente al impacto que implica la
modernización; sino que son resultado de la misma configuración cultural del
colonialismo, puesto que la colonialidad es la cara oculta e inseparable de la
modernidad.
Estas primeras tesis con
respecto a la psicología del negro caribeño se extenderán, en Les damnés de la
terre, hacia consideraciones mayores sobre los distintos momentos de la
conciencia y la práctica del colonizado en general. En este libro se evidencian
los años ya consagrados a la causa argelina: el compromiso que Fanon como
intelectual asumió con la lucha por la descolonización de Argelia que para él
no fue solo un proyecto político sino, además, la posibilidad de proyectar e
implementar una nueva concepción del ser humano dentro de formas de
organización que así lo afirmaran para todos en igualdad.
Les damnés de la terre
―que fue uno de sus más influyentes libros― previene también a los
revolucionarios contra los riesgos de terminar reproduciendo el eurocentrismo y
de permitir a una élite tomar el poder y realizar acuerdos neocoloniales con el
primer mundo. Tales advertencias no pueden ser desligadas del duro golpe que
significó para Fanon el asesinato de Patrice Lumumba por fuerzas de su propio
país recién independizado, el Congo, apoyadas por los gobiernos occidentales
(belga, portugués y norteamericano).[1]
Entre ambos libros se
ubican los escritos en relación con la guerra en Argelia, recogidos en L'an V
de la révolution algériènne. Allí Fanon desarrolló la idea de que si la
sociedad colonial es una sociedad enferma, es el proceso de la revolución quien
puede curarla. Como expondrá luego en Les damnés de la terre esto solo será
posible a partir del establecimiento de nuevas relaciones humanas que sean capaces
de superar el deseo de asimilación cultural a la otrora metrópoli, el
resentimiento colonial y todas las formas del conservadurismo.
Como una serie de textos
circundantes a todos estos libros pueden verse los recogidos en Pour la
revolution africaine, la edición póstuma, que, gracias a la ayuda de la viuda,
cuenta con los numerosos artículos que Frantz Fanon publicara no solo en El
Moudjahid (de manera anónima) sino también en Afrique Action, y en la revista
francesa Esprit; así como la intervención «Racismo y cultura» en el 1er
Congreso de Escritores y Artistas Negros, celebrado en París en 1956, y la
carta de renuncia presentada al hospital psiquiátrico de Blide-Joinville en el
mismo año. En estos, en su mayoría, breves textos también puede rastrearse, de
manera paralela a la lectura de los libros, los vínculos entre su pensamiento y
su acción.
Señala Nelson
Maldonado-Torres que, junto con Discours sur le colonialism (1950) de Césaire,
Peau noire, masques blancs y Les damnés de la terre son escritos representativos
de lo que él denomina el “segundo momento del giro descolonial”.
Si el primer momento de
giro se evidencia en los trabajos de autores norteamericanos como W.E.B. Du
Bois, siendo sus referentes históricos de mayor peso, la Revolución Haitiana, la
Guerra de Secesión norteamericana y los Congresos Panafricanos; en el caso del
segundo momento es de notar la crisis de legitimidad que sufre Europa, a raíz
de la Segunda Guerra Mundial que implica una crisis en la conciencia del
colonizado, quien «dividido y fragmentado tiene que plantear su devenir pero ya
no puede contar simplemente con una tradición autóctona de antaño o con las
promesas de Europa».[2]
A ello se ha de sumar
también el peso de las luchas por la liberación de las colonias en África, Asia
y el Caribe, y la Conferencia de Bandung, en Indondesia, 1955, donde se
condenaron todas las formas posibles de colonialismo y neocolonialismo,
incluidas aquellas encabezadas por el, en aquel momento, mayor estado
socialista: la URSS.
Los escritos de Fanon son
ancla en su tiempo; más allá de la palabra escrita son voz que se alza con la
cadencia del habla y de la memoria ancestral, con la fuerza del grito de los
excluidos. Tal alianza suya con la palabra reniega de la contemplación pasiva;
se lanza a la acción, a la lucha. Y por más que en estos tiempos de
descreimiento y desilusión de la teoría y de la praxis se proclame la muerte de
las utopías, la vida escasa de Fanon nos muestra la valentía de proclamar su
compromiso con los condenados de la tierra.
Notas
1. Al respecto ver
«La muerte de Lumumba: ¿podíamos actuar de otra manera?», artículo publicado en
Afrique Action, núm. 19, 20 de febrero de 1961, recogido en Por la revolución
africana, Fondo de Cultura Económica, México, 1965, pp. 216-223.
2. Nelson Maldonado-Torres, «El pensamiento filosófico del “giro descolonizador”», en Enrique Dussel, Historia del pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y «latino» (1300-2000), CREFAL/ Siglo XXI Editores, México, 2009, p. 692.
2. Nelson Maldonado-Torres, «El pensamiento filosófico del “giro descolonizador”», en Enrique Dussel, Historia del pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y «latino» (1300-2000), CREFAL/ Siglo XXI Editores, México, 2009, p. 692.