
Boaventura de Sousa Santos
El proceso de
subdesarrollo del país [1] está en marcha. Lejos de ser transitorias, las
medidas anunciadas son estructurales y sus efectos se dejarán sentir durante
décadas. Las crisis crean oportunidades para redistribuir la riqueza.
Dependiendo de las fuerzas políticas que las controlen, la redistribución irá
en uno u otro sentido. Supongamos que la reducción del 15% de la renta aplicada
a los funcionarios públicos mediante la eliminación de las pagas de Navidad y
vacaciones se aplicara a las grandes fortunas, entre otros, a Américo Amorim,
Alexandre Soares dos Santos, Belmiro de Azevedo y las familias Mello. Se
recaudaría mucho más dinero y el bienestar de los portugueses se vería mucho menos
afectado. En principio, la invocación de una emergencia nacional apunta a
sacrificios extraordinarios que deben imponerse a los que están en mejores
condiciones de soportarlos.
Por esta lógica se
convoca a los jóvenes a la guerra y no a las personas mayores. ¿No están las
grandes fortunas en mejores condiciones de responder a la emergencia
nacional?
Ésta es una de las
perplejidades que lleva a los indignados a manifestarse en las calles. Pero hay
mucho más. Muchos ciudadanos se preguntan: ¿las medidas de austeridad darán
resultado y permitirán ver la luz al final del túnel dentro de dos años?
Sospechan que no porque, además de ir conociendo la tragedia griega, la
ciudadanía va sabiendo cada vez más que las recetas del Fondo Monetario
Internacional (FMI), ahora adoptadas por la Unión Europea, no han dado
resultados en ningún país en las que se han aplicado —de México a Tanzania, de
Indonesia a Argentina, de Brasil a Ecuador— y siempre han acabado en
desobediencia y desastre social y económico. Cuanto más pronto aparece la
desobediencia, menor es el desastre.
Puede leer el texto original en portugués
En todos estos países
siempre se ha utilizado el argumento de la desviación de las cuentas superior a
lo previsto para justificar recortes más drásticos. ¿Cómo es posible que las
fuerzas políticas no sepan esto y no se pregunten por qué el FMI, a pesar de
haber sido creado para regular las cuentas de los países subdesarrollados, ha
sido expulsado de casi todos ellos y sus créditos se limiten hoy a Europa? ¿Por
qué esta ceguera del FMI y por qué la Unión Europea la sigue ciegamente? El FMI
es un club de acreedores dominado por un puñado de instituciones financieras,
al frente de las cuales está Goldman Sachs, que pretenden mantener endeudados a
los países para poder usurpar sus riquezas en las mejores condiciones, por lo
común bajo la forma de extorsionadores cobros de intereses y la privatización
de empresas públicas vendidas bajo presión a precios de saldo, empresas que
acaban cayendo en manos de las multinacionales que actúan a la sombra del FMI.
De este modo, la privatización del agua puede caer en manos de una subcontrata
de Bechtel (tal y como sucedió en Cochabamba después de la intervención del FMI
en Bolivia) y destinos similares tendrán la privatización de la aerolínea TAP,
del servicio de correos o de la televisión pública portuguesa (RTP).Puede leer el texto original en portugués
El back
office [2] del FMI son los representantes de las multinacionales que, como
buitres, esperan que las presas caigan en sus garras. Como también hay que
extraer lecciones del acontecimiento más lóbrego, los europeos del sur
sospechan hoy, por pura experiencia, la magnitud del pillaje sufrido por los
países del llamado Tercer Mundo bajo la cruel fachada de la ayuda al
desarrollo.
Sin embargo, la mayor
perplejidad de los ciudadanos indignados se encuentra en la siguiente pregunta:
¿qué democracia es ésta que transforma un acto de rendición en una dramática
declaración de coraje en nombre del bien común? Es una democracia
postinstitucional, porque quien la las instituciones las subvierte
(instituciones creadas para obedecer a la ciudadanía pasan a obedecer a los
banqueros y los mercados), como p los ciudadanos van reconociendo, a medida que
pasan de la resignación y la conmoción a la indignación y la rebelión, que esta
forma de democracia partidocrática está agotada y debe reemplazarse por otra
más deliberativa y participativa, con partidos políticos, pero postpartidaria,
que blinde al Estado contra los mercados y a los ciudadanos contra el
autoritarismo estatal y el no estatal. Está abierto un nuevo proceso constituyente.
La reivindicación de una nueva Asamblea Constituyente, con una fuerte
participación popular, no tardará.
Notas
[1] Se refiere a
Portugal (N. T.) [2] El back office son los departamentos
de una empresa (informática, contabilidad, recursos humanos, etc.) donde no se
llevan a cabo actividades comerciales, sino tareas de gestión de la propia
empresa y con los cuales el cliente no tiene contacto directo (N.T.)
Fuente: http://www.cartamaior.com.br/templates/colunaMostrar.cfm?coluna_id=5256
Boaventura de Sousa Santos es sociólogo y profesor catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra (Portugal)
Boaventura de Sousa Santos es sociólogo y profesor catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra (Portugal)