
Las
diferencias entre la música europea y la practicada por los pueblos del África
subsahariana son tales que, en el pasado, se pensaba que nada tenía que ver con
nuestros conceptos artísticos. Un músico africano puede tocar con el tambor un
ostinato que, en términos europeos, utilice un compás de tres por cuatro,
mientras canta una melodía que fluctúa entre dos por cuatro y seis por ocho. Al
mismo tiempo, los demás participantes seguirán haciendo sonar sus propios
ritmos, sin que coincidan las partes fuertes de cada compás, manteniendo
únicamente un tiempo común. El conocimiento de la música africana se ha
ensanchado en los últimos años y hoy se reconoce su valor artístico y su
influencia en la música occidental, pero no solo por las mezclas a las que ha dado
lugar (jazz, música caribeña, brasileña, etc.), sino también por las
coincidencias entre el modo africano de entender la música y las inquietudes
que en las últimas décadas han demostrado los compositores occidentales.
La música tradicional
africana suele ser funcional por naturaleza. Las interpretaciones pueden ser
largas y hacer a la audiencia partícipe de ellas. Entendida de esta forma
"práctica", la música consistir en diferentes tipos de canción de
trabajo, piezas que acompañan el nacimiento, boda, caza y actividades
políticas, música para ahuyentar a los malos espíritus y rendir tributo a los
buenos, la muerte y los ancestros. Ninguna de estas formas musicales se
interpreta fuera de su contexto y en su mayoría está asociada con un tipo de
danza particular. Buena parte de ella, interpretada por profesionales, es
música sacra o ceremonial y en ocasiones se toca en cortes reales.

El pionero de la
etnomusicología en Occidente, Arthur Morris Jones (1889–1980), observó que los
principios rítmicos comunes a la mayor parte de las tradiciones musicales
subsaharianas constituyen un sistema principal. De modo similar, el maestro de
la percusión y académico C.K. Ladzekpo afirma que existe una profunda
homogeneidad en los principios rítmicos del África Subsahariana.
La rítmica en cruces
(forma de composición rítmica caracterizada por la superposición de la
polirritmia y la polimetría) es la base de buena parte de la música de las
gentes que hablan lenguas Níger-Congo, el mayor grupo lingüístico de África del
sur y del desierto del Sahara. La rítmica en cruz fue explicada por primera vez
como base del ritmo subsahariano por el profesor C.K. Ladzekpo y en los
escritos de David Locke.
La polirritmia es la
unión de dos o más ritmos. La superposición regular y sistemática de ritmos
cruzados sobre un patrón rítmico principal crea un tipo específico de
polirritmia denominado rítmica en cruz. Desde una perspectiva filosófica de la
música africana, los ritmos en cruz pueden simbolizar los momentos de desafío o
de presión emocional que todos encontramos. Tocar ritmos cruzados firmemente
enraizados en un ritmo principal, prepara al oyente para mantener un propósito
vital cuando se enfrenta a los desafíos vitales. Multitud de lenguas
subsaharianas no tienen una palabra para ritmo, o ni siquiera para música.
Desde el punto de vista africano, los ritmos representan la misma fibra que da
forma a la propia vida, están entroncados con la gente, simbolizando la
interdependencia de las relaciones humanas.
Musicalmente, África
puede dividirse en cuatro regiones:
- La región este incluye
la música de Uganda, Kenia, Ruanda, Burundi, Tanzania, Malawi, Mozambique y Zimbabue
así como las islas de Madagascar, las Seychelles, Mauritania y Comor.
- La región sur incluye
la música de Sudáfrica, Lesoto, Suazilandia, Botsuana, Namibia y Angola.
- La región central
incluye la música de Chad, la República Centroafricana, República Democrática
del Congo y Zambia, incluyendo la música Pygmy.
- La región oeste incluye
la música de Senegal y Gambia, de Guinea y Guinea-Bissau, Sierra Leona y
Liberia, de las llanuras interiores de Malí, Níger y Burkina Faso, las naciones
costeras de Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín, Nigeria, Camerún, Gabón y
República del Congo así como islas como Sao Tome y Príncipe.
Además de utilizar la
voz, que ha sido desarrollada hasta poder ser utilizada para diferentes
técnicas complejas como melisma y yodel, se utiliza una gran variedad de
instrumentos musicales. Estos últimos incluyen una amplia variedad de tambores,
maracas y gonkoque así como instrumentos melódicos o instrumento de cuerda,
(arco musical, diferentes tipos de arpas o instrumentos similares al arpa como
el Kora así como fiddles), muchos tipos de xilófono como el mbira, y diferentes
tipos de instrumento de viento como flautas y trompetas.
Las lenguas africanas son
lenguas tonales con una estrecha relación entre música y lengua en muchas culturas
africanas. En el canto, el patrón tonal o el texto ponen ciertos
constreñimientos sobre el patrón melódico. Por otra parte, en la música
instrumental un hablante nativo de una de estas lenguas suele ser capaz de
percibir un texto o textos en la música. Este efecto también forma la base de
los lenguajes de percusión (tambores parlantes).