
Todas las guerras que
EEUU ha realizado tras los atentados del 11-S han sido libradas contra 4
antiguos socios suyos: Bin Laden, los talibanes, Hussein y Gadafi.
Dos de los actuales
grandes aliados de EEUU en sus guerras antiterroristas son las dos potencias
que antes realizaron peores ataques sobre su territorio que los del 11-S-2001:
Gran Bretaña y Japón.
En 1812 los británicos
ocuparon Washington donde incendiaron planificada y selectivamente la Casa
Blanca, el Congreso y otros edificios públicos, humillando a la nación que se
les había independizado casi medio siglo antes.
En 1941 Japón
bombardeó 30 barcos norteamericanos en
Hawái iniciando la guerra que más bajas haya causado a los estadounidenses.
15 de los 19 terroristas
islámicos que se inmolaron en el 11-S-2001 eran sauditas, al igual que su
comandante Bin Laden. La familia de Osama, el destructor de las Torres Gemelas,
es paradójicamente una de las mayores constructoras de torres de lujo en su
natal península arábiga.
Arabia Saudita ha sido
una gran aliada de EEUU en todas sus guerras, pese a que ésta promueve un Islam
militante y sectario (en ese país se prohíben las iglesias, los partidos, las
elecciones y el que la mujer ande sola en las calles) y ha impulsado
originariamente a lo que hoy es Al Qaeda.
Bin Laden llegó a
Afganistán financiado y armado por EEUU.
La CIA apoyó y entrenó a Al Qaeda y a los talibanes, quienes siempre
sembraron terror en los civiles (siguiendo métodos de ésta o amparándose en su
silencio). Reagan recibió a los talibanes en la Casa Blanca comparándolos con
los padres fundadores de su patria.
EEUU y la OTAN apoyaron a
Saddam Hussein desde sus inicios. Al año de que él tomara el poder en
Bagdad (16 julio 1979) Irak invadió Irán
(quien entonces venía de una revolución que depuso a su rey pro-occidental)
bajo encargo de EEUU y la OTAN y recibiendo de éstas millones de dólares y de
municiones.
Esta fue la guerra entre
países más larga del siglo de las 2 guerras mundiales. Duró 3 años y 334 días produciendo entre 800
mil a 1 millón 300 mil muertos y un trillón de dólares en pérdidas.
Hussein pasó a la lista
negra en 1991 cuando se atrevió a reclamar militarmente su ex provincia kuwaití
sin la venia de EEUU. No obstante Bush padre solo lo derrotó en ese año y dejó
que él masacrase a los levantamientos de los kurdos y los chiítas que se
produjeron tras su fracaso en Kuwait, pensando que él era un mal menor ante
posibles aliados de Irán.
Gadafi fue el único líder
“anti-imperialista” que decidió auto-destruir sus armas de destrucción masiva a
fin de congraciarse con el Imperio. Con ello se convirtió en uno de sus grandes
aliados en el negocio del oro negro y en la guerra contra Al Qaeda. Cayó en
desgracia cuando no quiso negociar su retiro del poder como lo hicieron los
dictadores pro-EEUU vecinos de Túnez o Egipto.
Hoy en los nuevos
gobiernos de Afganistán, Irak y Libia hay varios personajes que antes fueron
acusados de ser terroristas. El presidente afgano Karzai estuvo ligado a los
talibanes mientras que varios de sus ministros han conducido horrendos crímenes
de guerra contra civiles. En Irak varios antiguos aliados de Irán están en el
ejecutivo. Belhaj, el comandante militar de la Trípoli post-Gadafi es el
antiguo jefe de los libios islamistas que pelearon junto a Al Qaeda en
Afganistán y que la CIA se lo entregó a Gadafi por haber dirigido un intento de
magnicidio.