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Foto: Leila Lopes, Miss Universo |
Isaac
Bigio / Especial para Gramscimanía
Leila Lopes se convirtió en la Miss Universo Nº
60, y en la primera africana latina que detenta esa corona, lo cual ha generado
una cadena de insultos racistas que a los iberoamericanos nos debe golpear
doblemente pues ella habla nuestra lengua y de su natal Angola ha provenido
gran parte de los 150 millones de latinoamericanos de herencia africana.
Desde el 2001, 7 hispanoamericanas habían ganado
ese cetro y en el 2011 se pensaba que siendo la final en Brasil, le tocaría el
turno a otra latina o la representante del país anfitrión, aunque al final ésta
pasó a la concursante de lo que muchos perciben como una nación más ligada
lingüística y culturalmente al Brasil que a cualquiera de sus 11 vecinos y el
resto de 34 Estados americanos: Angola.
Después del gigante que tiene la mitad del área
y de los habitantes de Suramérica, el país del mundo que más habla portugués,
practica la capoeira y ve las series de Tv brasileras es Angola.
Desde que los portugueses llegaron al Brasil en
el 1500, los pueblos con los que éstos estuvieron más ligados fueron los del
resto del imperio luso, en particular Portugal y sus colonias africanas. Hoy
hay más de 200 millones de personas de color de lengua materna portuguesa o
española y la mitad de los casi 200 millones de brasileros son descendientes de
esclavos.
Hoy la lengua materna número uno dentro de los
morenos del planeta no es el swahili u otra lengua nativa africana ni el
francés o el inglés que se disputan el ser la lengua oficial de mas Estados
africanos, sino el portugués.
Hoy Brasil y América Latina tienen muchos más
descendientes de angoleños que los casi 20 millones de habitantes de dicha
república del África austral. Brasil es el país donde está el 85% de los que
hablan portugués como lengua materna en el globo y entre 1808-1821 fue la sede
del imperio luso que gobernaba a sus colonias en África y Asia.
Desde fines del siglo XIX la mayor parte de
África fue repartida entre Londres, París, Bruselas, Berlín y Roma, pero esas
colonias duraron menos de un siglo. En cambio, las portuguesas fueron las
primeras y las últimas dependencias europeas del África. Lisboa dominó esas
tierras desde antes de Colón hasta 1975, casi el doble de tiempo del que Madrid
controló a los Andes. Si las independencias hispanoamericanas se libraron con
soldados de otros países de dicha región, Angola es la única nación africana
cuya independencia se dio con miles de hispanoamericanos (venían de Cuba, desde
donde se rumorea son los padres de la Lopes).
Leila Lopes vive en Inglaterra y su triunfo viene
siendo festejado entre el millón de personas que allí tenemos orígenes
hispánicos o lusos (los mismos que demandan ser reconocidos como una minoría
oficial), más que entre el otro millón de sus habitantes que descienden de los
afro-caribeños de la Commonwealth británica.
Las raíces angoleñas son tan profundas en
América Latina que hasta en Perú, el país suramericano que por barco está más
lejos del África, ha dejado su marca. La mayor procesión católica de ese país
es a un Cristo Moreno pintado por un angoleño. El mayor santo limeño (San
Martín) desciende de angoleños. Uno de los bailes afroperuanos es el
landó, cuyo nombre deriva del de la actual capital angoleña (Luanda). El Hotel
María Angola es uno de los más distinguidos de Miraflores, aunque antes a
varios barrios de esclavos peruanos se les llamaba angoleños.
Si uno empieza a escrudiñar la historia se
topará con muchas más revelaciones. El primer descendiente de colonizadores que
lideró una independencia latinoamericano no fue Bolívar, San Martín o Hidalgo,
sino alguien quien liberó a parte de México hace 4 siglos: Gaspar Yunga, quien
proviene de una zona cercana a Belice, una ciudad angolana que probablemente le
dio su nombre al último país latinoamericano en haberse independizado (hoy hace
30 años).