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Foto: Nikolai Bujarin |
La carta-testamento de Bujarin fue guardada durante años en la memoria de Anna Lárina. Sólo después del XX Congreso del PCUS, en 1956, decidió Lárina no destruir el texto que había escrito y que aún conserva. Sí había destruido las copias que había realizado mientras estaba deportada por temor a represalias mayores. El testamento político de Bujarin fue entregado al Comité Central del PCUS en 1961.
La primera versión, que reproduzco a continuación, aparece en las páginas 412-413 de Lo que no pudo olvidar, las memorias de Anna Lárina.
La primera versión, que reproduzco a continuación, aparece en las páginas 412-413 de Lo que no pudo olvidar, las memorias de Anna Lárina.
Dejo esta vida. Inclino la cabeza, no bajo el hacha proletaria que debería ser implacable pero también honesta. Me siento impotente ante la máquina infernal que, con métodos aparentemente medievales, tiene un poder titánico e inventa una red de calumnias, actuando descaradamente y con toda seguridad.
Sin Dzerzhinsky han ido quedando atrás las admirables tradiciones de la Checa, cuando el ideal revolucionario dirigía todos sus actos, justificaba la severidad con los enemigos y protegía al Estado de cualquier movimiento contrarrevolucionario.