Néstor Kohan
La historia en ayuda de las futuras rebeldías
Hace cuatro décadas Roque Dalton apeló al viejo militante salvadoreño Miguel Mármol para desenterrar y desempolvar una historia de rebeldía olvidada. No reconstruyó su testimonio para ganar una beca ni para coronar una tesis universitaria. Con ayuda de Mármol, Roque fue en busca del pasado para a sí iluminar el presente y cargarlo de energía. De esta manera pretendía conjurar los fantasmas del quietismo, el “realismo”, el culto de “lo posible” y la impotencia política que levanta altares paganos a la sempiterna “correlación de fuerzas objetivas”.
Atravesados por esa misma inquietud espiritual y con intenciones análogas hoy recurrimos a Roque para pedirle socorro, inspiración, consejo y guía. Ahora le toca a él dar testimonio, aportar experiencias, reflexiones, pensamientos y sugerencias políticas, para así ayudar a una nueva generación a salir del impasse político y el desconcierto ideológico en que nos sumergió el neoliberalismo.
Lenin y el poder
Después de las derrotas insurgentes de los ’60 y los genocidios militares de los ‘70, de la socialdemocratización y el posmodernismo de los ‘80, del desprecio de fundaciones y ONGs por el marxismo revolucionario y la cooptación desfachatada de los ‘90, Roque nos ofrece nuevamente la fruta prohibida. “Es conveniente leer a Lenin”, nos sugiere, “actividad tan poco común en extensos sectores de revolucionarios contemporáneos”.
Pero su consejo para las nuevas generaciones de militantes no queda detenido allí. Burlón, incisivo, irónico y mordaz, Dalton pone el dedo en la llaga. Luego de los relatos posmodernos y de aquellas tristes ilusiones que pretendían “cambiar el mundo sin tomar el poder”, Roque nos provoca:
Pero su consejo para las nuevas generaciones de militantes no queda detenido allí. Burlón, incisivo, irónico y mordaz, Dalton pone el dedo en la llaga. Luego de los relatos posmodernos y de aquellas tristes ilusiones que pretendían “cambiar el mundo sin tomar el poder”, Roque nos provoca:
“Cuando usted tenga el ejemplo de la primera revolución socialista hecha por la «vía pacífica», le ruego que me llame por teléfono. Si no me encuentra en casa, me deja un recado urgente con mi hijo menor, que para entonces ya sabrá mucho de problemas políticos”.
A contramano de modas académicas y mercantiles, cruzando las fronteras tanto de la vieja izquierda eurocéntrica como de los equívocos seudolibertarios y falsamente horizontalistas de las ONGs, la propuesta radical de Roque Dalton acude presurosa a llenar un vacío. Su relectura de Lenin nos permite responder los interrogantes que a nuestro paso nos presenta la esfinge. Roque focaliza la mirada crítica y la reflexión teórica en el problema fundamental del poder, desafío aún irresuelto por los procesos políticos contemporáneos de nuestra América. Tras varias décadas de eludir, ocultar o silenciar ese nudo problemático de todo pensamiento radical, recuperar la perspectiva antiimperialista y anticapitalista de Roque puede ser de gran ayuda para someter a crítica las mistificaciones y atajos reformistas del posmodernismo, disfrazados con jerga aparentemente —sólo aparentemente— libertaria.