Alfredo Ramos Martínez [México] Los novios
Soledad Cruz
Una mística inconforme con la injusticia del mundo, filósofa atribulada y paradójica, judía francesa apegada al cristianismo, llamada Simone Weil, fue una de las primeras criaturas sensibles a la explotación que profetizó decepcionada, después del entusiasmo inicial, que el socialismo en Rusia fracasaría porque no cambiaba los históricos mecanismos del poder en la sociedad. Justo es acotar que era la primera vez en la Historia que se intentaba construir otro tipo de sociedad, luego de la crucifixión de Jesús por andar hablando mal de los mercaderes, por asegurar que los ricos no irían al reino de los cielos y proponer compartir los panes y los peces.
Se refería sin dudas la Weil a mantener una estructura vertical, como ocurre con todos los sistemas de poder, comenzando por Dios, a quien los seres humanos interpretaron a su imagen y semejanza para justificar la autocracia que suele seducir con mucha facilidad. (A Dios, como al socialismo, lo responsabilizamos con muchos de nuestros avatares, porque ambos nos prometieron el paraíso y los terrícolas simplificamos ese concepto, lo asumimos como un don otorgado y no como una responsabilidad personal.)