Mariana Enríquez
Wole Soyinka, primer Premio Nobel de Literatura africano, dramaturgo, narrador, docente y poeta, jamás llevó un diario, de modo que cada vez que escribió sus memorias, repartidas en varios volúmenes, debió recurrir a recuerdos traicioneros, material de archivo, y estudiosos que le aportaron material. En 1981 publicó Aké, la recreación de su infancia en Abeokuta, Nigeria; en 1994 Ibadan, The Penkelemes Years recuerda su adolescencia signada por la independencia de su patria; en 1972 reconstruyó su experiencia como preso político –dos años en prisión, la mayor parte del tiempo en una celda de aislamiento– en The Man Died. Partirás al amanecer (You Shall Set Forth At Dawn) es la última entrega de sus memorias, publicada en 2006, cuando el autor tenía 72 años, y acaba de aparecer en castellano con una notable y bienvenida traducción de Marcelo Cohen.
Los años que recorre Partirás al amanecer van, más o menos, desde la creación de la república de Nigeria en 1963 y su primer golpe de Estado en 1966, hasta la muerte del dictador Sani Abacha en 1998. Durante todos esos años, Wole Soyinka participó activamente de la política de su país, no sólo como satirista y narrador, sino como hombre público, negociador, miembro de la resistencia, conspirador. Las 700 páginas describen esa intensidad vital, llena de contradicciones y frustraciones, con gran humor, un afecto conmovedor por ese país tan complicado en el que le tocó nacer, pequeñas anécdotas de sus amigos y familiares –entre ellos el mítico músico Fela Kuti, su primo–, viajes, locuras, la relación mística con el dios Ogún, excursiones de caza, comilonas.